martes, 6 de octubre de 2015

QUÉ PASA EN TU CUERPO CUANDO MEDITAS


Hubo tiempos en que muchos llegaron a creer que la meditación era un asunto de sectas religiosas o de hippies. Afortunadamente esos prejuicios no hicieron carrera y hoy en día nadie se atreve a poner en duda los beneficios que la meditación tiene sobre la salud.

Hay más de 210 universidades en el mundo que han elaborado estudios al respecto, incluyendo prestigiosos centros como Harvard, Yale y la Facultad de Medicina de UCLA. Adicionalmente, se reveló que los institutos de investigación de los Estados Unidos han invertido poco más de 20 millones de dólares para realizar estudios sobre los efectos benéficos de la meditación en la salud.

Los resultados son contundentes. Hay suficiente evidencia para demostrar que el corazón y el cerebro, quizás los órganos vitales de mayor importancia, se ven altamente beneficiados con la práctica frecuente de ejercicios de meditación.
EL CORAZÓN
Cuando las emociones están alteradas, especialmente por causa del estrés o de la ira, el organismo libera mayores cantidades de adrenalina, noradrenalina y cortisol, tres sustancias que son bastante perjudiciales para el organismo.
Estas hormonas hacen que el corazón funcione a un ritmo más veloz. Aumentan el desgaste cardiaco y contribuyen a que las arterias se vuelvan más estrechas.
Si estas condiciones se mantienen por mucho tiempo, hay grandes probabilidades de que el organismo desarrolle enfermedades como arterioesclerosis, angina de pecho, problemas coronarios y derrames cerebrales. Esto sin contar los efectos colaterales.
En algunos estudios llevados a cabo en los Estados Unidos, pudo establecerse que el corazón de una persona que medita dos veces al día es mucho más saludable. La meditación dilata los vasos sanguíneos e inhibe la producción de las hormonas del estrés. Esto se traduce en una disminución de los casos de hipertensión y en menor mortalidad por problemas cardiacos.
Una investigación llevada a cabo por Colegio Médico de Wisconsin y la Universidad Maharishi, en Iowa, comparó dos grupos de personas con enfermedades cardíacas durante más de cinco años. El primero siguió un programa de meditación para mejorar la salud, y el segundo recibió capacitación sobre hábitos saludables. El resultado fue que quienes meditaron mostraban un riesgo 48% menor de sufrir un infarto.
EL CEREBRO
Todos sabemos que el cerebro es el órgano vital por excelencia. Un auténtico prodigio de la naturaleza, con un funcionamiento complejo y la capacidad para incidir en cualquier tipo de enfermedad que sufra el organismo.
Se ha comprobado que la meditación contribuye a optimizar el funcionamiento del cerebro y a prevenir su envejecimiento.
La revista “Fronteras de la neurociencia humana”, publicó datos en los que se indica que quienes meditan tienen mayor número de pliegues en la corteza cerebral. Esto significa que sus procesos físicos, afectivos e intelectuales están más integrados y, por lo tanto, su cerebro funciona mejor. Esto traía como resultado una menor predisposición a enfermar.
Otro estudio determinó que la meditación permite reducir el impacto emocional del dolor físico. Como es sabido, el dolor del cuerpo se traduce en dolor del alma. Quienes sufren dolores crónicos suelen estar deprimidos también. Sin embargo, la meditación contribuye a manejar las situaciones de dolor, de modo que no afecten la buena actitud y las ganas de vivir. Se dice incluso que, con varios años de entrenamiento, es posible reducir significativamente el dolor físico también.
Con todos estos datos es imposible permanecer indiferentes ante los beneficios de la meditación. 

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